Travesía del Atlántico 5ª parte

DIARIO TRAVESÍA ATLÁNTICO 2014

St.Thomas (Virgin Islands)-Sao Miguel (Islas Azores) 2 de Mayo al 21 de Mayo de 2014

Travesía del  atlántico – Martes día 13 de mayo A las 1500h l 31º 19,9’ N L 49º 12,6’W Rv: 68º

Delfines y Ballenas

La guardia de ayer fue muy tranquila, calma chicha que nos ha permitido hacer buena velocidad a motor, hemos entrado en un anticiclón y se prevé estar así casi toda la semana, hemos hecho 18 millas en las tres horas de guardia, está muy bien teniendo en cuenta que la media es de 14. Ya estamos a 1.300 millas de destino, a esta velocidad calculo que llegaremos en unos 10 días, el jueves día 22, pero todo dependerá de lo que nos encontremos los próximos días, con mala mar, ola de proa o poco viento la cosa puede alargarse más.
Hoy es martes y 13, ni te cases ni te embarques dice el refranero, me parece que es demasiado tarde para hacerle caso, jajaja.
La mañana de navegación sin incidentes, ha picado un pez muy grande pero ha roto el anzuelo y se ha escapado de nuevo, que mala suerte tenemos con la pesca.
Ya empiezan a escasear algunas cosas, hay que mentalizarse que nos quedan muchos días y hay que racionar ciertos alimentos, de momento todos estamos de acuerdo, no hay problema. Veo a Diego especialmente preocupado por el agua y el pan, acordamos entre todos limitar el consumo de agua
Ha venido a visitarnos una familia de delfines, nos han acompañado unos 15 minutos, jugaban con nosotros y se rascaban con nuestra proa, la tripulación ha aprovechado la visita y se ha hecho fotos en la proa disfrutando de los compañeros de viaje. También estamos empezando a ver algunas medusas carabelas portuguesas, son muy curiosas, navegan con una especie de vela que les da el nombre, sus filamentos alcanzan los 30 metros y su picadura puede ser mortal.
Debe haber habido un temporal hace poco ya que estamos viendo bastante basura en el mar, bidones de plástico fundamentalmente, que pena da ver estas cosas flotando en un océano tan azul y hermoso. Ojala tengamos más sentido común y pongamos remedio a tiempo.
Ha entrado viento del SE y estamos navegando de través, buena velocidad más de seis nudos. Sobre las 1100h hemos superado el punto medio de nuestra travesía, en dos días estaremos por debajo de las 1000 millas a destino. A las 1300h hemos vuelto a adelantar otra hora nuestro reloj de bitácora, ya estamos a cuatro horas de diferencia por debajo de España.

La vida a bordo se organiza con naturalidad, cada uno encuentra su sitio, sin prisas, sin forzar situaciones, la base es el respeto. He navegado con muchas tripulaciones
distintas y esta tripulación lo está haciendo francamente muy bien, siempre hay momentos un poco más tensos, pero lo estamos llevando con mucho sentido común.
La tarde trascurre con Jorge de guardia, viento constante de través pero de intensidad variable lo que hace que se rompa el trimado de velas y exige una vigilancia constante del génova y la mayor. Al final el viento cae sobre las 1500h y Diego decide navegar a motor para ganar rumbo.
Esta tarde ha ocurrido otro episodio muy simpático del compañero Jorge, ha aparecido en los tambuchos una botella de un licor de coco con bastantes grados, como a Jorge no le gusta tirar nada, para evitar que fuera a la basura se lo ha llevado a su habitación para probarlo y ver si estaba bueno, ha salido de la siesta botella en mano con dos vasos de chupito, y diciéndonos que ha dormido como los ángeles. Qué tío más “salao”
Parte de la tripulación estábamos de siesta cuando Ampa, Pepa y Arturo han visto el lomo y la cola de una ballena, se ha sumergido muy rápido y ha desaparecido casi sin que se dieran cuenta, una pena que no haya querido venir a navegar con nosotros un rato. Nos comenta Diego que cerca de las Azores es bastante habitual avistar este tipo de cetáceos, a ver si tenemos suerte y nos los volvemos a cruzar
en nuestra travesía.
Como todas las tardes hemos estado anotando en la carta nuestra situación y revisando los vientos y corrientes en la zona por donde estamos navegando, Diego nos ha dejado ojear un libro buenísimo de su librería particular, “The Atlantic Crossing Guide”, es una guía muy resumida de las cosas importantes a la hora de cruzar el Atlántico pero es muy completo. Una buena ayuda, no cabe duda.
Esta tarde el viento se ha colocado en nuestra popa, estamos navegando entre largo y popa redonda. Como no tenemos indicador de viento real, para calcularlo usamos el viento aparente. Esto nos ha servido para recordar los básicos de cuando estudiamos PER, si vamos de ceñida restamos a la velocidad del viento la velocidad del barco, y si navegamos de popa o largo hay que sumar nuestra velocidad al viento aparente.
Este detalle es muy importante, esta noche sobre las las 2100 el viento ha rolado de proa a largo de popa, teníamos una velocidad de buque de 7 nudos y un viento aparente de popa de 12 nudos, estábamos todos muy tranquilos, cuando de repente el patrón ha caído en que había que sumar los dos datos para calcular el viento real. A la voz de “chicos me he dormido, mayor abajo que hay mucho viento y es peligroso”, todos hemos reaccionado al unísono, estábamos navegando a todo trapo con 20 nudos aproximadamente. Con el tamaño y las condiciones del velamen del Zulú cualquier racha de viento superior a 20 nudos es mucho viento, irse de orzada, un cambio en la dirección del viento o la altura de las olas pueden crear un problema serio. En las guardias de la noche es mejor ir cortos de trapo que pasados de vela. Hemos metido mayor y sacado yanqui, pero no daba velocidad, lo hemos cambiado por el génova y entonces hemos alcanzado los 6,5 nudos sin demasiado desvío en el rumbo. Todo preparado para la noche.
Con esta intensidad de viento y sin información sobre el viento real las guardias van a ser un poco pesadas, un compañero vigilando que no se acuartele el génova y el otro compañero controlando la velocidad del viento aparente, si sube más de 20 nudos hay que recoger trapo. Otra noche durmiendo en la bañera.
Travesía del atlántico -Miércoles día 14 de mayoA las 1500h l 32º 06,2´N L 46º 29,9W Rv: 68º
Bajamos de las 1000 millas

La noche ha sido tranquila con viento de popa redonda, salvo un chubasco que ha descargado bastante agua en el turno de Pepa y Arturo, de 0200 a 0500h, estos pequeños aguaceros no avisan y nos llevan de cabeza, antes de entrar en la nube hay que prepararse, una vez dentro te descargan de golpe toda el agua que llevan. Cuando los estás atravesando el viento rola y sube de intensidad, es importante recoger trapo, si no todo parte, para evitar romper las velas de proa con las crucetas. Hay que actuar con rapidez y sin dudarlo, menos mal que la tripulación ya se maneja con mucha soltura en las maniobras.
Le damos la bienvenida a la mañana saludando a un mercante monstruoso con cuatro grúas en cubierta, un tremendo carguero nos ha maniobrado sin problemas sobre las 0700h. En el Zulú no tenemos reflector de radar, me comenta Diego que no hace falta ya que el casco es de acero, parece que tiene razón, de momento nos están maniobrando sin problemas.
La mañana tiene pinta de encalmada, ola de SW no muy alta pero alargada que hace que el barco se balancee incómodamente. Vamos a motor haciendo 6 nudos de velocidad a 1000 rpm. Confiamos en que el viento suba pronto, las horas que navegamos a motor son aburridas y perdemos velocidad.
Ha subido un poco el viento de proa, como tenemos bastante ola hemos tenido que trimar la génova a mano durante varias horas para evitar que se acuartele, Ampa y yo hemos pasado un buen rato cazando y largando trapo para evitar que se dañase con las crucetas e intentar mantener la velocidad de crucero. Cuando ya llevábamos un rato trimando a mano, me he acordado de un truco que vi hacer a un patrón en una de las regatas que hicimos hace unos años, la triquiñuela consiste en trincar la contraescota del génova a la cornamusa del través del lado por donde está cargando la vela para evitar que se acuartele. Ha funcionado muy bien, hemos superado los 7 nudos de velocidad durante toda la mañana, lo suyo habría sido atangonar la vela pero me comenta Diego que está cansado y no tiene ganas de trabajar mucho esta mañana colocando el tangón.
Hoy el patrón nos ha sorprendido preparando unas tortitas, panqueques, unos con miel y otros con pavo. Han hecho las veces de comida, estaban buenísimos.
La tarde sin novedad, viento de popa, 6 nudos y haciendo millas, hoy superaremos la barrera sicológica de las 1000 millas, esto significa que entramos en tiempo de descuento y que en principio la reserva de gasoil deja de ser un problema, si necesitamos subir la media de velocidad podemos incrementar las revoluciones del motor, siempre y cuando no nos encontremos con mucho viento o mar de proa que exijan forzar motor. Son buenas noticias pero con reservas.
La tarde ha sido muy dura, hemos entrado una familia de pequeñas borrascas, detrás de una venía otra, así hasta cuatro en unas tres horas, subía el viento, mar de cuatro metros, espuma blanca y a aguantar el tirón, navegábamos solo con un trapito pequeño de yanqui y sin mayor, hemos acabado todos bien mojados, los trajes de agua colgados en los cuartos de baño y rezando para que no volviese a venir otra borrasca ya que no nos quedaba ropa de navegación seca.
Ha sido curiosos entre la segunda borrasca y la tercera ha venido a visitarnos una familia de delfines, navegaban en parejas, eran más de 20 y nos han acompañado durante más de 10 minutos, comparados con los que estamos acostumbrados a ver en el Mediterráneo, estos eran pequeños y muy delgados, les llaman listados, saltaban alrededor del barco, como siempre una atracción que nos hizo olvidarnos por unos minutos de los chubascos y rociones que estábamos sufriendo.

Como se preveía una noche dura hemos cenado muy pronto para poder descansar bien antes de las guardias, a las 1930h tenía listas unas lentejas con manzana, laurel y cominos para chuparse los dedos, hemos cenado todos juntos en el salón del Zulú, sentados en los sofás o en el suelo, pero protegidos de mal tiempo, no podíamos salir a cubierta, la bañera estaba totalmente mojada, una botellita de vino tinto australiano y todos listos para luchar contra lo que la noche nos quiera deparar. La tripulación ha agradecido una cenita caliente y bien condimentada para calentar el cuerpo.
La noche esta muy despejada pero con un viento que superaba los 25 nudos de ceñida, hemos montado la trinqueta entre Diego, Jorge, Arturo y yo. El patrón ha decidido navegar con motor a 900 vueltas y un poco de trinqueta, hacíamos 5,5 nudos de velocidad. Es en estos momentos cuando más echo de menos nuestro 409, Son de Mar, en condiciones similares Ampa y yo no habríamos puesto motor, habríamos dejado la trinqueta reducida pero habríamos sacado algo de mayor muy abierta de botavara y seguro que habríamos superado la velocidad media de 6,5 nudos, ahorrado combustible y disfrutado del placer de navegar a vela, pero el Zulú, como comente días antes, es otro tipo de barco y no se trima de la misma manera.
Diego, el patrón, conoce el comportamiento del Zulú y parece que no duerma nunca, es capaz de sentir desde su camarote las orzadas, arribadas y los cambios de rumbo, si alguna vez cogemos el timón y se nos va de rumbo el barco no tarda en asomar la cabeza por la escotilla de su camarote para preguntarnos si hay algún problema. Esta pendiente de todo, el gasoil, el agua, la electrónica, el teléfono satélite con los mensajes de méteo desde España. A veces se estresa por el estado del barco, por la falta de viento, o por la falta de pericia de la tripulación, pero es muy buena gente y sabe lo que lleva entre manos.
A las 2200 estábamos a 1024 millas de destino, esta noche íbamos a rebajar la distancia de San Miguel a menos de 1000 millas náuticas, según mis cálculos sería sobre las dos o tres de la mañana, con un poco de suerte sería en mi guardia, mañana os lo cuento…
Pensamiento del Día: “Hay que desaprender para poder aprender”.

Travesía del atlántico-Jueves día 15 de mayo A las 1500h l 32º 55,3’N L 43º 54,4W Rv: 68º
Con viento y rumbo directo

Hemos rebasado el límite de las 1000 millas náuticas a destino a las 0455h, casi a punto de acabar mi guardia, ha sido una noche con mucho viento, navegando con trinqueta y motor, también hemos superado la barrera de los 30º y esto hace que el tiempo sea más inestable, a partir de los 31º es zona de borrascas y las olas son continuas y no bajan de 3 metros.
La mañana ha sido movidita, nada más levantarnos hemos cambiado la trinqueta por el yanqui y sacado mayor con tres rizos, el mar estaba valiente. Una vez finalizada la maniobra he bajado a hacer café, otra vez más ha salido volando la cafetera, esta vez no ha sido culpa mía, estaba trincada pero en un golpe de mar se ha salido del sitio la parrilla de la cocina y todo el café por el suelo, el horno y el banco de trabajo, la verdad que le ha venido bien a la cocina, así de paso lo hemos limpiado todo. Ha bajado Jorge a ayudarme y con mucho humor hemos vuelto a la carga, todo antes de quedarse sin un buen café esta mañana de ventisca.
Esta tarde Gisela nos ha dado un pequeño susto, acababa de llover y estaba moviéndose por la bañera del Zulú, de repente ha resbalado y se ha caído de espaldas, no ha pasado nada pero podría haber sido algo serio.
La seguridad es fundamental, no estamos en un medio estable como es tierra firme, en el mar el suelo se mueve constantemente, siempre es resbaladizo, bien por que ha llovido o bien por los rociones del mar, además tienes normalmente una escora y en nuestro caso olas de considerable altura. Si está lloviendo es importante que los miembros de la tripulación que no están trimando velas o de guardia se organicen para secar los suelos del interior del barco y evitar caídas. Cuando te mueves por el barco siempre hay que tener al menos una mano libre para poder sujetarte en caso de necesidad, si notas que te vas a caer suelta lo que tengas en la mano, lo importante es no lastimarse, y por la noche o con mala mar, hay que usar el arnés y la línea de vida. El exceso de confianza es la principal causa de accidentes.
El resto del día relajado, buen viento que nos ha ayudado a subir la media de millas por hora, y nos ha permitido navegar con génova y mayor, la verdad es que se agradece navegar a vela sin el ruido de los 265 caballos del motor Perkins que nos suele acompañar.

Pensamiento del día: “La confianza es la principal causa de accidentes”.

Viernes día 16 de mayo A las 1500h l 33º 50,5’N L 41º 10,6W Rv: 72º

Mañana de navegación a motor con poco trapo, tenemos viento de popa redonda y alguna borrasca que se cruza en nuestro rumbo. Volvemos a bajar la media de millas. Dónde está el viento?.

A mitad mañana nos ha pasado una embarcación con pabellón inglés por babor, dos palos y todo con todos los lujos de los grandes esloras, navegaba a motor y con trinqueta, por la velocidad que llevaba no parecía que tuviese problemas de limitación de consumo de combustible. Era uno de esos barcos de lujo que puedes encontrarte fondeado en Ibiza o Formentera durante el verano, con todo tipo de detalles y comodidades, recuerdo hace unos años uno que tenía un servicio privado de vigilancia con motos acuáticas que no permitía a otras embarcaciones acercarnos demasiado.

Jorge nos ha sorprendido con otro descubrimiento, estaba buscando unos guantes de trimar que se le había caído detrás de uno de los sofás del salón, y por casualidad se ha encontrado dos tostadas de pan envueltas en una servilleta, deben tener más de dos semanas, ya que no tenemos tostadora a bordo y el pan se acabó hace varios días, ni corto ni perezoso se las ha desayunado con el café con leche, está claro que el compañero de hambre no se va a morir.

Hace unos días le pedí un derrotero de la estantería de la librería del Zulú, el derrotero es un libro de rutas náuticas con distinta información, y cuando se pone a buscarlo me dice; “Toni yo no veo el libro de Doroteo por ningún sitio”, un cachondo. La verdad es que está dando mucho juego, estoy seguro que cuando todo esto acabe lo voy a echar mucho de menos.
Luego de comer el patrón nos ha comunicado que estima llegar a destino en 6 días si el tiempo no nos sorprende con nada raro, sería un día antes de lo previsto inicialmente, como me decía Pepa ayer, no me importaría llegar mañana a puerto, pero tampoco me importaría estar un par de semanas más, la travesía está siendo muy llevadera y el grupo de compañeros un encanto.
La tarde y la noche han sido muy ventosas, vientos de ceñida que superaban los 25 nudos, hemos ganado unas buenas millas. En un barco como el Zulú, que desplaza 70 toneladas, como ya he comentado anteriormente las maniobras hay que hacerlas con mucho cuidado y con todos los miembros de la tripulación muy bien coordinados, hay que poner especial atención cuando se trabaja con sus winches descomunales, la fuerza que tienen puede amputarte un dedo si no vas con cuidado, una orzada de vela sin tener bien controlada la contraescota puede llevarse por delante parte del guardaZmancebos, la barandilla metálica que rodea el barco, como ya pasó hace unos meses en una embarcación parecida a esta.
En un barco la seguridad es lo primero. Recuerdo los consejos de un viejo lobo de mar con el que aprendí a navegar; “Toni en un barco nunca toques nada que no sepas para que sirve, no lasques un cabo si no sabes como va a reaccionar el resto de la jarcia, antes de hacer una maniobra asegura todos los pasos y repásalos con la tripulación.
Habitualmente, en regatas o navegando con amigos en barcos más pequeños, antes de una maniobra el timonel avisa de la maniobra a la tripulación; “preparados para virar?” o “preparados para trasluchar?”, y la tripulación contesta “preparados”, sin la confirmación de la tripulación no se realiza la maniobra.
En teoría tendríamos que estar navegando por los “westers”, vientos del oeste que soplan por encina de la latitud 31º N que nos tendría que proporcionar un buen viento de través o de largo que nos acercaría a nuestro destino, pero no es así, seguimos con viento de ceñida que nos obliga a navegar más incómodos y controlando en todo momento las posibles orzadas y acuartelamiento de velas de proa, seguimos cruzando zonas de borrascas que hacen que los vientos rolen y cambien de intensidad, tenemos que estar con el 100% de nuestros sentidos.
Hoy Ampa y Pepa han tomado la iniciativa de empezar a hacer pan, tal y como se comprometieron hace unos días, no lo habían hecho antes pero les ha salido genial, es una mezcla entre pan y pasta de pizza. Lo han preparado con aceite, harina y sal, como no tenían levadura han utilizado cerveza y para que fermentase lo han dejado reposar en la sala de máquinas al calor de los motores. Estaba buenísimo, a unos le han puesto romero y otros al estilo tradicional, la verdad es que han alegrado la cena y el desayuno de mañana.
La noche ha sido dura, como de costumbre hemos dormido muy poco todos en general, el patrón en la bañera y el resto en el suelo de los camarotes. Me he dado cuenta que dormir en el suelo del camarote con una colchoneta tiene su técnica, te acomodas entre dos paredes para que te sujeten cuando el barco escora pero tienes que tener en cuenta las distintas cosas que te pueden molestar durante el sueño, como son los pomos de los cajones, sujeciones, ángulos y esquinas. Esta noche cuando ya me había acostumbrado a dormir con un pomo de un cajón entre la cuarta y quinta costilla se ha abierto el armario de la ropa de navegación y se me ha caído toda encima, creo que cuando lleguemos a tierra firme vamos a tener que aprender a dormir sobre cama estable. La próxima noche de ceñida me llevaré una segunda colchoneta para cubrir los tiradores de los cajones. Que gran idea .

Pensamiento del día: “En la mar nada es previsible, las excepciones son tan habituales como la norma”.

Continuara nuestra travesía…..

Texto de Tony Climent

 

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