Escuela de Regatas . Relato de una Novata

Escuela de Vela Denia

Escuela de Vela Denia

 

ESCUELA DE REGATAS

Relato OPEN DE VILLAJOYOSA – 25 y 26 de Octubre – Grupo Iniciación

Conchita Moliner

 

Pero que os vamos a contar???  Si es que esto hay que vivirlo… ¡claro que si estás bien del corazón!

Porque desde luego todo sucede más rápido de lo que la mente puede asimilar. Luego, en tierra, se hace una puesta común entre toda la tripu para saber exactamente que ha pasado… y por si alguno no se ha enterado bien, se le sube al palo de la mayor para que tenga una visión más global ¡tremendo!

El primer día, en puerto, sólo se veía que estaba el cielo lleno de nubarrones, pero en cuanto salías de ahí… ¡que lío! todo se movía vertiginosamente…el viento, el mar que no paraba quieto, las velas, el resto de veleros ¡un montón! Y todos empeñados en navegar en el mismo sitio… ¡si el mediterráneo es enorme!, y bajaba una ola y aparecía otro velero allí mismo, pegadito para darte la bienvenida –eso cuando no chillaban “agua u orza” al velerito mas cercano-… ¡como si fuera posible orzar cuando uno quiere con ese temporal y rodeados de locos! Esta si es una escuela de vela de verdad.

Y la salida…¡no apto para cardiacos!, de lo mas desorganizado… 30 barcos queriendo pasar por el mismo sitio y a la vez, cuando sonara una bocina que por supuesto con el ruido de las velas, había que imaginárselo. Pero parece que nadie había oído hablar de lo bien que funciona una fila india…

Eso sí, “allá donde fueres, haz lo que vieres”, allí estábamos nosotros esperando la bocina y rodeados de locos por estribor, babor, proa y popa… (Esta terminología ya la controlamos perfectamente… por pura necesidad).

El  barco que se escora a tope… ¡suelta  mayor!, la botavara en el agua, el carro de la mayor a freír puñetas  -junto con la escota de la misma, allí donde el agua entraba sin parar-, la encargada de esa mayor agarrada para no irse con la botavara –o sea ¡al agua!- y de repente, baja una ola y… ¡allí estaba el barco del jurado con un tipo que llevaba una camisa de cuadros y la cara pálida, la boca abierta y que no sé si quería decirnos algo porque parecía que de un momento a otro iba a cambiar de embarcación… y no precisamente nadando!

Menos mal que llevábamos superpatrón… “¡viramos!”, y milagrosamente nuestro barco y el del jurado no se fundieron en uno… lo cual unos segundos antes parecía irremediable. Como veis la salida del primer día no pudo ser más emocionante, aunque pofessional, lo que se dice pofessional ¡pues tampoco! Pero luego en la puesta en común, como que no estuvo tan mal… que otros barcos tuvieron que recoger a parte de la tripulación de los guardamancebos… ¡por fuera de los guardamancebos ¿eh?¡.  Y quien decía que no estaba bien llevar pinzas colgadas en los guardamancebos?????. En las regatas todo está permitido y cada uno lleva colgado lo que quiere o puede… Una vez pasada la salida esa locos, se pone el barco en horizontal (si el temporal te lo permite)… y a recoger marineritos, que la casita siempre tiene que estar ordenada…

A partir de ahí todo mucho mas razonable, a buscar una gran bola amarilla en tierra era muy grande, ahora no hay quien la encuentre) que algún graciosillo ha decidido llevar a no se sabe donde, y claro ola va ola viene, todos alucinando… creo que está a la una, no a las tres… ¡saca las instrucciones! Y de un bolsillo todo mojado salía un refajo de papeles donde se leía… “poner rumbo a Campello y dejar (por babor) la baliza fondeada frente Als Banyets de la Reina a 1,5 millas aproximadamente. A continuación rumbo a la piscifactoría de la Vila, dejando esta por estribor y a continuación rumbo a la isla de Benidorm (dejando esta a babor) y seguir hasta la línea de llegada de Villajoyosa”… Villajoyosa… eso me suena… y el patrón contesta “ah ¡vale!”…, suspiro generalizado de la tripu: ¡él lo ha entendido!

Luego muy monótono, olas a montones con sus rociones correspondientes, lluvia que caía tan fuerte que parecía granizo, viento en cantidad… ¡que maravilla, nos sobraba de todo! incluso el desayuno, así que alguno decidió dejarlo por allí, junto con alguna visera, unas gafas… en fin ¡todo menos la tripulación que para aquel entonces ya teníamos claro que queríamos regresar todos juntos como fuera! Las caras empezaban a cambiar de color, del rosa al blanco, verde… ¡un poema! Y de repente divisamos el puerto de Villajoyosa a babor. Se empiezan a oír las primeras y tímidas voces de “y si abandonamos”?, y si volvemos a secarnos, comemos un poco y salimos a navegar otra vez?”… hasta hacerse un rumor generalizado, con votaciones reiteradas ¡como en la comunidad de Madrid! Menos mal que el patrón tomó el rumbo y remontó la moral que para aquel entonces estaba bastante “empapada”… autentica escuela de regatas de Aproache

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Dimos la vuelta a la isla de Benidorm… ¡espectacular!, no creo que haya mucha diferencia con el Cabo de Hornos, y a partir de ahí… surfeando sobre las olas y de vuelta a casa. ¡Que subidón haber conseguido terminarla!… y de nuevo todas las caras del mismo color, más o menos moraditas de frío, pero algo ya más razonable. Con las últimas fuerzas –ya poquitas- recogimos todos los trastos, duchitas calentitas reparadoras, recuento de moratones y bultos a lo largo y ancho de nuestros cuerpos, y siestita antes de la cena… y luego ¿Cómo no? ¡¡¡¡COPITAS!!!!

El domingo tampoco tuvo desperdicio. Tras llover toda la noche sin parar, y soñando o fantaseando que con ese tiempo se anularía la regata del día siguiente, amaneció un día soleado precioso. Puestos en marcha, todo parecía sencillo después del día anterior. Había viento y mar de fondo, pero ¡algo razonable! Y allí íbamos nosotros a navegar en 100 metros cuadrados junto a otros 30 veleritos, y todos ronroneando alrededor del barco jurado… ¡qué raro el tipo de la camisa de cuadros no estaba… a lo mejor eso es lo que trataba de decirnos el día anterior, que no pensaba volver…!

Bueno, como ya sabéis llevamos un chicarrón del Norte en nuestra tripu, así que para hundir la moral del resto, en la espera, José –nuestro asturiano favorito- se dio un chapuzón mientras gritaba a los cuatro vientos “que está buenísima”. Tras un ratito-ratazo de espera, supongo que para todos nos tranquilizásemos… que no lo consiguieron, LA SALIDA ¡¡¡¡salimos los primeros!!!! Y nuestra tripu alucinada, nadie se fue al agua, no nos montamos en el barco jurado… ¡alucinante! … y emocionante.

Este día era más sencillo y mucho más corto que el anterior. A buscar la bolita amarilla, virar, volver… ¡a fardar de artilugios! Montamos todo lo que había en el barco… al menos todo lo que cabía en los palos… tangón, con su contra correspondiente, spi, foque… vamos que para chulos ¡nosotros!, y… entramos los terceros ¡nada mal eh????

Bueno, en la clasificación definitiva los quintos, porque el Sábado habíamos quedado sextos. El resto chupado, atracamos y recogimos en un segundo porque teníamos un arrocito a banda esperándonos, y un hambre…

Y de vuelta a Madrid, Menos mal que súper Ralph se prestó a conducir, y cargó con una tripu femenina toda desmayada, pero ahí ya se bajó la adrenalina, y no podíamos más. Ha sido un verdadero placer. Besos

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